viernes, 17 de octubre de 2014

En la capital del Imperio Inca

Cuzco, 14 de octubre de 2014

Hoy ha sido un día de no parar... Antes de las 6 de la mañana ya nos despertaba la azafata del autobús avisándonos que nos encontrábamos cerca de la ciudad de Cuzco, pero antes de llegar teníamos que jugar un bingo para intentar ganar un pasaje de vuelta a Arequipa... Así que nada, ahí se puso la mujer a cantar las bolas hasta que un hombre hizo bingo y nosotros que hubiéramos matado por dormir media hora más.



Llegando a Cuzco cogimos un taxi para acercarnos al hostel. Por el camino pudimos ver algo del bello centro de la ciudad y su espectacular Plaza de Armas. Cuzco está muy cuidado y se nota. En el hostel nos dieron nuestra habitación temprano por lo que antes de salir a explorar la ciudad pudimos por fin después de dos días ducharnos y tomamos el desayuno.



El recepcionista nos recomendó que descansásemos en el hostel unas cuantas horas para no sufrir mal de altura, ya que Cuzco está a 3400 metros de altitud, pero lo cierto es que nos encontrábamos más o menos bien. Tal vez un poco más cansados por haber dormido dos días en autobús y con la cabeza algo embotada, pero nada que no nos permitiese salir a pasear. 




La ciudad se encuentra en el centro de un valle rodeado de altas montañas. Su centro está cuidado hasta el punto que uno a veces tiene la impresión de estar paseando por un pueblo de España con sus casas y galerías de madera. La ciudad está perfectamente dividida en manzanas de forma lineal y no es difícil orientarse. A 10 minutos de nuestro hostel andando se encontraba la plaza de armas, aún más bella que la de Arequipa. 



En los laterales y parte posterior soportales con todo tipo de negocios y agencias de viajes para los turistas. En el frente la bonita catedral de la ciudad. En un lateral se encuentra la actual universidad de Antropología que antaño fue también una iglesia. 



Algo que resulta muy curioso aquí es la implicación que exige la universidad a los alumnos. Por ejemplo, en el tablón de anuncios de esta universidad se obligaba a todos los estudiantes a participar en un pasacalles con un poncho rojo, siendo evaluada su presencia por sus profesores. Otro ejemplo es el que nos puso una de nuestros guías, en la universidad le obligaron a ir a las 3:30 de la mañana a hacer fotos y ver como una piedra proyectaba la sombra de un Puma. Jino nuestro guía del Amazonas también nos contó que uno de sus exámenes universitarios de turismo era pasar 5 días en la selva solo y sobrevivir.



Perderse por las calles de Cuzco es muy recomendable. Los callejones y calles están llenos de encanto y te obligan poco a poco a subir a las partes más altas de la ciudad. Hay que estar muy atentos, porque los vestigios de las antiguas fortificaciones incas todavía siguen presentes en la ciudad. Hay muchos muros incas sobre los que los colonizadores crearon sus construcciones y que ahora son casas. Para saber si un muro es inca hay que fijarse en la piedra, si están todas alineadas, y si la pared tiene cierto ángulo con el suelo, ambos dos elementos que ayudan a las edificaciones incas a mantenerse en pie cuando hay terremotos.



Después de comer algo contratamos un tour para visitar la catedral y los vestigios incas del coricancha, saqsayhuanpman, tambomachay, quenqo y pukapukara, todos ellos alrededor de la ciudad. El tour de más de 5 horas costaba 40 soles con la guía incluida, pero los tickets para ingresar a los distintos sitios eran 105 soles más. En Cuzco se nota que los precios están bastante inflados para el turista. Todos los que vamos a Machu Pichu pasamos por aquí.



Pasada la 13 Vino una chica a nuestro hostel a buscarnos con un poco de retraso sobre la hora prevista, y poco más que nos llevó corriendo por las calles de la ciudad para coger el minibus que nos trasladaría. Con la carrera que nos pegamos detrás de la chica para tener mal de altura... Por el camino no paraban de llamarla porque iba con retraso. Aquí por cierto la gente se llaman unos a otros mami y papi, todo muy latino.



Aunque Javi siempre ha dicho que no financia religiones, esta vez tuvo que pagar por entrar en la Catedral de la ciudad. La Catedral de Cuzco recuerda en cierto modo a muchas de las catedrales españolas, como la de Toledo o Valladolid, aunque en su interior tiene una mezcla entre un barroco muy recargado y arte indígena y mestizo.



Por ejemplo dentro de la catedral se encuentra el Cristo de los Temblores, conocido por ser sacado en procesión cuando los grandes terremotos asolaron Cuzco en el año 1600. Este Cristo tiene varias diferencias con los cristos europeos. La más visible su color de piel, que es moreno, pero también por ejemplo que sus músculos no están marcados o que en vez de llevar un paño tapándole lleva una falda com pedrería hasta debajo de la rodilla.

Igualmente curioso es un cuadro de la última cena donde en vez de Cordero Pascual tienen Cui para cenar y brindan con chicha en vez de vino. Las vírgenes tampoco tienen los colores típicos de las vírgenes europeas y sus mantos tienen muchos dibujos florales. Al niño Jesús se le representa con ropas típicas de aquí y de unos 4 años, se le llama El Manolito y se le ofrendan juguetes y chocolates, ya que los niños no quieren flores. También pueden verse tallas en el coro con caras más incas que europeas. 



De la catedral fuimos a los vestigios del templo de la coricancha, ahora mismo un monasterio de los dominicos. Aquí también nos contaron las teorías de como los incas cortaban las piedras para hacer sus muros y el sistema de ensamblamiento entre unas y otras, similar a los lego actuales, ya que no tenían cemento ni nada similar. En la Coricancha los incas encerraban los dioses de las culturas que iban absorbiendo. 



Algo muy interesante es que los incas realmente no eran llamados incas, ya que inca significa emperador y en esta cultura no hubo emperadores. El dios de los incas se llama viracocha y es representado com una piedra cilíndrica de bordes ovalados. Es curioso como en la catedral, en una esquina de la entrada se encuentra también viracocha y los fieles aún hoy le dejan ofrendas.



Nuestros siguientes destinos eran los templos incas situados en las montañas cercanas a Cuzco. Por el camino vimos que en todas las casas en lo alto hay dos toros con una cruz y una copa de chicha. Al parecer es una tradición que mezcla la parte cristiana con la indígena y que busca traer prosperidad al hogar así como hacer una ofrenda a los dioses. Según nos cuenta la guía incluso los bloques de apartamentos actuales tienen los dos toros y la cruz en la azotea, aunque ahora se ha cambiado la chicha por una botella de cerveza.



De las cuatro ruinas incas, la más interesante era la de saqsayhuanpman, que era un centro ceremonial en honor del dios trueno. Al parecer todos estos templos han sido espoliados y sus piedras fueron usadas como canteras para los vecinos de la zona para crear sus casas, quedando ahora tan sólo los muros de contención para hacernos una idea de como serían estos lugares. Aún así impresiona pensar como podían mover y apilar esas enormes piedras con tan escasa tecnología. Los incas no conocían ni la rueda y trasladaban los enormes bloques con troncos de árbol.



De ahí fuimos a Qenqo, un templo a la fertilidad donde se hacían sacrificios de niños humanos. De este templo queda más bien poco, tan sólo los altares de los sacrificios y la cueva por la que se puede pasar. Las fuentes que adornaban antaño el lugar ya no existen. 



Es interesante que nuestra guía nos contó algo más sobre los sacrificios de estos niños, como por ejemplo Juanita que vimos ayer, en el museo. Al parecer la idea de los chamanes era en cierto modo "criogenizar" a estos niños, es decir congelarlos para que pudieran estar con los dioses y les dieran las respuestas a los problemas que tenían. Después se les descongelaría y contarían lo que vivieron. El problema fue que llegaron los conquistadores y a esos niños nunca se los descongeló.



Por ultimo fuimos a Tambomachay y a PukaPukara, ambos en uno de los caminos incas. PukaPukara funcionaba como una aduana donde controlar si los productos que entraban a la ciudad tenían suficiente calidad y si la gente que los llevaba estaba sana y no llevaba ninguna enfermedad.



Tambomachay era algo parecido a una posada en la carreteras donde los mensajeros descasaban para seguir su camino. De esta construcción es interesante la calanizacion desde las montañas que hicieron los incas para llevar agua a este lugar. Una pena que de todos estos lugares haya quedado más bien poco... Lo poco que queda muestra la grandiosidad que de euro de tener en su tiempo.



Caída la noche, la última parada fue una fábrica de textiles con tela de alpaca, donde nos contaron acerca de los distintos tipos de alpacas y sus lanas y de como se coloran. Los precios eran exagerados, por el precio de un jersey de Alpaca, Zara me vende 15 sintéticos y sin exagerar. A las 19 de la tarde estábamos de vuelta al centro de la ciudad de Cusco, y escribo Cusco porque al parecer este es su nombre oficial, ya que se cambió la Z por S algunos años atrás.



A las 19,30 teníamos nuestra reunión informativa sobre el Inka Trail que empezamos mañana. 4 días con destino final Machu Pichu que nos llevarán hasta los 4600 metros de altura. Mañana nos levantamos a las 5,45 y comenzamos el camino hacia la ciudad sagrada de los incas, no sé si tendré internet estos días, pero iré escribiendo día a día todo lo que nos ocurra para publicarlo en cuanto consigamos señal.

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